Esta pretende ser la historia de quince supervivientes en un mundo devastado y plagado de zombis. Los protagonistas son familiares y amigos míos que habrán de interactuar para llegar hasta el último capítulo. Pero, irremediablemente, algunos de ellos se habrán de quedar en el camino.
(Esta es una sinopsis patrocinada por Doxma)

18 abr 2016

10. RODEADOS


Aquella muchedumbre de cuerpos sin vida camina por la carretera como una serpiente enferma que se arrastrara por pura  inercia, con el implacable afán de hincar sus dientes si la ocasión se presenta. 
Su cola se ha disgregado a la altura del Ford Mustang, y las decenas de muertos que se apartaron del asfalto bajaron por el camino atraídos por aquella carrocería roja que brillaba al sol. La presencia de Carlos estimuló la ferocidad de aquellos condenados, que le siguieron con su basculante caminar.

Por fortuna, aquel camino que baja hasta el río tiene una bifurcación que lleva hasta el caserío. Carlos, que había visto algunos tejados desde lejos, dirigió sus pasos hacia  allí mientras que los muertos descendieron hasta la orilla del río y se mantuvieron  por su margen, próximos a los campos de cultivo.

La extensa masa de podridos que continuó por la carretera está llegando a la caravana.

…...................................................

- ¿Me ayudas a levantarme? - dice Montse estirando un brazo hacia Juan Miguel - Necesito desentumecerme  y salir a respirar aire fresco.
- ¿Crees que podrás andar?
- No lo sé, me arde la pierna pero apenas me duele. Quiero intentarlo.
- Bien, espera a que eche un vistazo primero.

Juan Miguel sale al exterior. El sol empieza a ocultarse tras la arboleda que circunda toda la curva, y  las sombras de las ramas  avanzan por la carretera hacia la caravana. Una tórtola revolotea ruidosamente entre la fronda y termina alejándose de allí.

- Bueno, vamos a intentarlo – dice Juan Miguel al volver a entrar – Dame las manos e impúlsate con la pierna buena.
Montse le obedece y se pone en pie.
- ¡Ay, qué mareo!
- ¿Estás bien?
- Sí, es solo que necesito comer algo.

Apoyada en Juan Miguel, camina despacio hasta que consiguen salir.
- Bueno, no sería capaz de llegar muy lejos pero al menos puedo andar – dice animosa.

Una vez superados los pasos hasta la carretera se detienen para  mirar el lugar que les rodea.
La lluvia torrencial ha anegado los bancales que tienen enfrente, que brillan allí donde todavía queda agua.
- ¿Sabes lo que me vendría bien? Embadurnarme la pierna con barro. Eso me aliviaría, estoy segura.
- Pues barro es algo que no va a faltar, desde luego.  ¿Puedes mantenerte tú sola un momento?

Juan Miguel regresa al poco con una silla plegable, un bol de plástico  y algunos comestibles que ha encontrado en la caravana.
- Siéntate y come algo mientras voy a por barro.
- ¡Ah, qué bien! ¡Estás en todo!

Montse le ve actuar con celeridad y sonríe satisfecha por las muchas atenciones que ha recibido desde que apareció aquel muchacho. Se congratula de su buena suerte al no estar sola en momentos como aquel. Su única inquietud es la ausencia de Carlos que empieza a impacientarle,  y rechaza la posibilidad de que haya  sufrido algún percance.

Juan Miguel vuelve sujetando el bol con ambas manos.

- ¿Te puedes creer que toda esta zona está inundada? No he podido coger nada más consistente que esto.
- No importa. Muchas gracias, Juan Miguel. Yo hacía curas con friegas de arcilla, ¿sabes? Extendida por la piel y secada al sol tiene muchas propiedades.
- Poco sol vas a aprovechar  ya.
- Sí, pero eso no me preocupa,  me preocupa  que a mi amigo se le haga de noche.

Sentada en el borde de la silla, Montse se ha subido la larga falda estampada y se masajea la pierna con aquel lodo.
- ¿Hacia dónde dices que fue? - le pregunta Juan Miguel.
- En aquella dirección, buscando la zona en la que se veía el humo.
- Habrá que darle un margen de tiempo para volver.
- A mí se me está haciendo eterno. Menos mal que has aparecido tú.
- Lástima no haber llegado antes. ¿Llevaba algo para defenderse?
- No lo sé. Creo que no.
- Eso es lo primero que deberíamos hacer. Equiparnos. Construir  armas eficaces. ¡Es lo más importante!

Una bandada de palomas llega cruzando  el cielo por encima de sus cabezas.

Si son palomas domésticas, hay algún caserío cerca – dice Montse observando cómo tras planear en un semicírculo, las aves se dirigen a la arboleda que hay  junto a la curva. Las ven  camuflarse entre el ramaje, pero de repente salen volando en estampida, como si algo las hubiera asustado.
…...........................................................


Carlos y Roquito atraviesan el campo intentando ganar tiempo pero al llegar a los bancales se percatan de su error; las últimas lluvias han hecho impracticable el terreno.

- Esto es una locura, – exclama Roquito – está todo demasiado embarrado, me estoy hundiendo a cada paso.
- Sí, – responde Carlos-  y  cuanto más nos acercamos a la carretera, peor. No contaba con esto.
- Quizá deberíamos volver
- ¡Es que no puede faltar mucho!
- Yo no sé cuánto queda, pero cada pie me pesa un quintal. No vamos a adelantar así.
- Ah, mira, – exclama Carlos señalando un punto- ¿ves aquellos pinos? Están bastante cerca de la caravana, lo recuerdo bien. ¡Nos falta muy poco!
- De todas formas, o buscamos un terreno menos empapado o nos vamos a hundir hasta el cuello, ¡mira qué charcos! ¡Si parecen pantanos!
- ¡Maldita sea! ¡Pero es que estamos tan cerca...!
- ¿Pero es que no lo ves? ¡No podemos trasladar a tu amiga por aquí! Lo siento, pero debemos regresar y  llegar  por la carretera.
- Mi idea era sacarla de allí antes de que lleguen.
- Pero bien pensado..., ¿no será más seguro  que se quede dentro de la caravana hasta que pasen?
- No sé, son tantos... Me preocupa.
- Si  se queda en silencio pasarán de largo...
- Pero va a pasar mucho miedo. Quisiera estar con ella.
- Imposible yendo por aquí, debemos regresar.

Cuando Roquito empieza a retroceder, Carlos grita con fuerza.
- ¡¡Montse!! ¡¡Ahora mismo voy!!
- ¿¿Estás loco??- le reprocha su compañero- ¿Cómo se te ocurre gritar? ¡Vámonos de aquí!

…..............................................................


Nerine abre los ojos en mitad de una casi completa oscuridad  y cuando despierta del todo reacciona con un sobresalto. Gira su cuerpo para extender los brazos  intentando orientarse. Está en un lugar muy reducido en el que no puede incorporarse.
“What the hell??”, murmura

Tantea con las palmas de las manos y en seguida descubre que está en el maletero de un coche. De inmediato le llega el recuerdo de aquel hombre que fue a su encuentro cuando corría exhausta delante de los muertos.

…..............................................................


Holden camina nervioso por la estancia. Se detiene frente a la chimenea y tras un hondo suspiro queda pensativo mirando las brasas.

Todo el grupo le mira,  pendiente de lo que pueda decir.

- Bueno... ¿qué hacemos? - pregunta finalmente Fran.
- No sé, – responde con acritud-  es muy arriesgado ir a por aquella mujer  sin saber si de verdad se están acercando ni cuantos podrían ser.
- Eso creo yo – dice Pepi.
- Eso está claro – interviene A.B. – pero  si no vamos ahora, que aún queda luz...  De noche sería una locura.
- Deberíamos mirar por las ventanas de arriba - dice Anasister.
- Sí, ven conmigo, – dice Ángeles.
Ambas se dirigen a las escaleras.

- Esa mujer nos ha dado problemas desde el momento en que la vimos – dice A.B. - Para mí que está loca. ¡Pero loca del todo!
- ¿Y dónde la encontrasteis? - quiere saber Holden.
- En una gasolinera – dice A.B.- Estaba encerrada dentro.
- ¿Tiene provisiones?
- Eso suponemos – dice Fran – No llegamos a ver nada, no nos dejó entrar.
- Sería interesante acercarse allí mañana.
- ¿Aquí no tendréis gasolina? El coche se nos quedó seco.
- Tengo un coche de gasoil en el patio de atrás.
- ¡¡No me digas!! -  exclama Pepi al oírlo – ¡Perfecto!
- No tan perfecto – aclara Holden –  Apenas le queda combustible.
- Yo es que... - dice Pepi – No puedo quedarme aquí sin saber de mi novio...

En esos momentos baja Ángeles.

- Holden, ¿puedes venir un momento?
- ¿Habéis visto algo? - dice mientras  sube .
- Sí. Por la orilla del río.

Al llegar a la altura de Ángeles, ésta le sujeta por un brazo.
- ¿No tienes algo que contarme? – le dice en voz baja.
- Sí, después, no te preocupes.

 Anasister está mirando por la ventana. Al oírles entrar se vuelve.
- ¡Son un montón, Holden! ¡Mirad!

A esas horas de la tarde, el río es un camino dorado ondulando en la vaguada hasta perderse  en la distancia. 
Recortadas contra el fulgor del sol en declive, se pueden ver varias decenas de siluetas caminando  dispersas junto al río. Algunos se han introducido en sus aguas que discurren serenas en aquel valle.

Holden siente un escalofrío al contemplar la escena.

- ¡Joder, son mogollón! - exclama - ¿Cómo es posible que hayan llegado tantos hasta aquí?
¿¿Quién mierda los ha traído??
- Según dijo ese chico, venían por la carretera, - dice Ángeles - y otros han pasado de largo.
- Eso espero,  que pasen y se marchen lejos. De lo contrario... podríamos  estar rodeados.
- ¿Qué podemos hacer? - pregunta Anasister.

Fran, A.B. y Pepi suben a la habitación.

- ¿Qué pasa? - pregunta Fran.
- Pasa que tenemos a un montón  allá abajo, en el río – les dice Holden y los tres se aproximan a la ventana para mirar-  Están algo lejos, pero no sabemos cómo pueden reaccionar. ¡Maldita sea! El huerto, el corral... ¡todo lo que tenemos podría irse al carajo si se acercan tantos!
- ¡El gallo! - exclama Ángeles echándose las manos a la cara. ¿No les llamará la atención si se pone a cantar?
- No lo sé, pero hay que poner a los animales  a salvo ahora mismo. Me niego a que esos condenados se los coman.
- ¿Vais a salir? - pregunta Pepi poniéndose en tensión.
- ¿Y qué vamos a hacer con la australiana? - pregunta Fran
- ¡Y qué carajo queréis que diga!, - grita Holden  - Si alguno quiere ir a por ella que vaya en silencio.  Yo voy a guardar mis gallinas.
- Yo te ayudo, Holden – le dice Ángeles- Pero cálmate.
- Lo siento,  estoy  nervioso. Vamos, no hay tiempo que perder.

- ¿Me acompaña alguien a por la australiana? - pregunta Fran
- ¡Voy contigo! – dice A.B. - ¡la guerra que nos va a dar esa mujer!

…..............................................................

Montse se levanta de inmediato al oír que la llaman desde lejos.
- ¡Es Carlos! – exclama mirando a Juan Miguel - ¡Ay, qué alegría, es él! – Y poniendo sus manos a ambos lados de la boca grita:
- ¡¡Carlos, estoy bien!!

Al escuchar tan cercana  la voz de Montse, Carlos se queda petrificado durante unos segundos.

Roquito se enfurece.
- ¿Sabéis  cuánto  estáis llamando la atención?  ¡¡No gritéis, joder!! 
Carlos ha conseguido ver dónde está Montse y descubre que hay alguien con ella. Intenta acelerar sus pasos, pero comprendiendo que quizás no llegue a tiempo de avisarla vuelve a gritar.
- ¡¡Montse, métete en la caravana!! ¡¡Hay zombis cerca!! ¡¡Yo no puedo pasar por aquí!!

Juan Miguel hace un gesto a Montse para que retroceda hacia el vehículo y se apresura a ayudarla a caminar. Ella ve la severa expresión de su rostro al mirar a la carretera y no se atreve ni a volverse, pero el creciente jadeo que llega por  sus espaldas la aterroriza.

- ¡Dime que no nos han visto, Juan Miguel, dime que no nos han visto!
- ¡No lo sé, entra rápido y échate!
- ¿Y tú? ¿No te irás?
- No, son demasiados.
Juan Miguel levanta la puerta que se apoya en el suelo para cerrarla y busca algo por la caravana con lo que sujetarla. Si alguno de aquellos zombis se enganchara en la manivela exterior, la puerta se abriría de inmediato.

…........................................................

Cuando Holden y Ángeles salen al exterior escuchan gritar a lo lejos.

 - ¡Eso es! ¡Muy bien! - comenta Holden con ironía – ¡Haced todo el jaleo que podáis para que se acerquen.


A esas horas, el gallo y las nueve gallinas que durante las horas de luz campan por toda la aldea se han retirado a su frágil cobertizo. Holden sujeta a dos de ellas por las patas y se las pasa a Ángeles.
- Lleva tú éstas  mientras yo agarro a otras dos.

Las gallinas cacarean inquietas al ser atrapadas, pero después se dejan transportar dócilmente.
- Holden... - comienza a decir Ángeles mientras caminan hacia el patio.
- Ahora no es el momento.
- ¿No es el momento? ¿Por qué no es el momento?
- Hay que guardar las gallinas primero.
- ¿Qué tiene eso que ver? Puedes hablarme mientras tanto.

En ese instante Fran y A.B. salen de la casa.
- Vamos a por la australiana – dice Fran
- ¡Llevad mucho cuidado! - les responde Ángeles.

Cuando sueltan al último par de gallinas en el patio donde guardan el coche, Ángeles sujeta a Holden por los brazos.
- ¡Cuéntame! ¡Me ibas a decir algo!
- ¡Te digo que no es el momento!
- Diciéndome eso haces que aumente mi preocupación, ¿sabes? ¡Y ya me tienes bastante preocupada!
- ¡Joder! ¿No puedes esperar a que estemos tranquilamente a solas? - le grita.
- ¿Lo ves? ¡Nunca te he visto tan agresivo conmigo!
- ¡Te he dicho que estoy nervioso!
- ¡¡Y yo también!! - protesta ella – ¡Y no la pago contigo!
Holden aprieta los dientes, y tras un hondo suspiro la mira a los ojos.

- Está bien... no puedo ocultártelo más... Te mentí.
- ¿Cómo dices?
- Aquel niño... aquel jodido niño...
- ¡Te mordió!
- No se puede decir que sea un mordisco. Es... es solo una rojez del tamaño de un grano de arroz.
Ángeles se sienta en el suelo con la respiración agitada.
- Eh, no te preocupes, por favor. ¡Por eso no quería decírtelo! ¡Ni siquiera me duele!
Holden se arrodilla y le levanta la cara con las manos.
- ¡Eh, que no va a ser nada
- Estás raro – dice ella con los ojos acuosos.
- Estoy asustado, sólo eso.
- ¿Sabes que yo intuía algo? Y me daba miedo preguntarte.
- Escucha, vamos a olvidarnos de esto. Siento que si le damos importancia será peor. Ya te  he dicho toda la verdad, y ahora a actuar como si nada.
- No, tenemos que decírselo a Anasister. ¡Es enfermera!
- ¡No, no, no...!  No quiero alterar las cosas más de lo que están. Prométeme que esto queda entre nosotros.
- Pero ella...
- ¿Qué va a hacer ella? ¡No puede hacer nada!
- Déjame verlo.
Holden duda un instante.
- Eso es darle importancia, y te he dicho...
- Por favor...

Cuando Ángeles lo ve disimula sus ganas de llorar. El mordisco es la perforación en el muslo de un diente pequeño, un punto rojo oscuro en el centro de una notable inflamación.

….....................................................

La gran muchedumbre de muertos es ahora perfectamente visible desde el lugar en donde se encuentran  Carlos y Roquito. El sobrecogedor sonido es el de un inmenso enjambre, el de una jauría de bestias afónicas que estuvieran devorando un gran cadáver.

"Vamos, pasad, pasad de largo", murmura Carlos apretando los puños.

Aquella multitudinaria manada se abre justo en aquella curva y muchos  de los caminantes se esparcen e internan por el arcén en donde está volcado el vehículo, rodeándolo.

Montse está acurrucada en un rincón, muy quieta, mirando fijamente a Juan Miguel, que está colocando una mesa plegable junto a la puerta, con la intención de que interrumpa el recorrido de la manivela. 
Oyen el arrastrar de sus pasos y el jadeo de sus gargantas y notan el movimiento del vehículo cuando en su inestable avance aquellos seres chocan contra él.

Juan Miguel devuelve miradas tranquilizadoras a Montse, que no puede creer que solo unos minutos antes estuvieran los dos allí afuera, ajenos al peligro que se les avecinaba.
Monste le interroga con la mirada señalándole la mesa. Él niega con la cabeza. No ha sido capaz de colocarla apropiadamente o ha preferido no hacer el más mínimo ruido.

Montse está tan nerviosa que desde su posición le parece que la manivela se está moviendo y a veces sus gestos muestran tal pánico que Juan Miguel se aferra a aquella empuñadura temeroso de que la puerta se abra.
Entonces un fuerte golpe de algún cuerpo contra el vehículo le desconcierta de tal manera que piensa que van a abrir la puerta y en su confusión, en vez de girar la manivela a la derecha, Juan Miguel  la mueve  hacia la izquierda.

La puerta cae al suelo pesadamente y Montse grita.

….........................................................

Nerine empieza a pensar que probablemente aquel hombre que la metió allí huyera o tal vez acabara devorado y que eso podría dejarla allí encerrada hasta morir. Empieza a rezar con desesperación, pero aunque quiere dominar su angustia, esperanzada en que alguien vuelva a por ella, un ataque de pánico termina por invadirla, y grita y golpea con fuerza con manos y rodillas la puerta de aquel maletero.

Entonces se percata de que ha cedido levemente a su empuje, de que el cierre no está bloqueado y domina su llanto para decidir si es capaz de abrir aquello.
O si es conveniente hacerlo.

…......................................................

Roquito entra en la casa con barro hasta las rodillas y no encuentra a nadie.

- ¿Hola? ¿Estáis por aquí?

Anasister y Pepi bajan por las escaleras.

- ¡Eh!, ¿cómo ha ido? - pregunta Anasister.
- Fatal, mirad cómo me he puesto. Nos faltaba poco para llegar, pero ha sido imposible por culpa de tanto barro.
- ¿Y el otro?
- Carlos sigue allí, por más que le he dicho que regresáramos, se ha quedado. ¿Dónde están los demás?
- Fran y A.B. han ido al coche. Holden y Ángeles han salido.
- Oye, Pepi, - dice Roquito- no pretendo que te hagas ilusiones, pero Carlos dejó sola a su amiga y ahora ha visto que había alguien con ella.
- ¡¡Tomás!! - exclama Pepi- ¡Seguro!
- Ay, ojala sea él – dice Anasister abrazándola.
-¡¡Es él, Anasister!! ¿Quién si no? ¡¡Vamos, vamos ya!!  ¡¡Holden tiene coche!! ¡Me tiene que llevar a donde está!.
- Escucha, Pepi – empieza a decir Roquito- no sabemos...

Pero Pepi, con el corazón eufórico, sale presurosa al exterior.

- ¡¡Holden!! ¡¡Holden!! - grita en dirección a los corrales.
Le ve caminar por detrás de la higuera y se acerca a él.

- ¡¡Holden, ha aparecido Tomás!!
Cuando se quiere dar cuenta, el que parecía Holden es uno de aquello seres sin vida, que se vuelve y su mandíbula hace un chasquido, dejando al descubierto su verdosa dentadura.

Pepi da la vuelta para huir, pero de la huerta han surgido dos muertos que interrumpen su paso. Pepi choca con ellos y cae al suelo.
Se levanta, huye en otra dirección pero vuelve a frenar en seco.
Frente a sí tiene a varios infectados  con los ojos puestos en ella. Son muchos y están por todas partes.

- ¡¡Anasister!! - grita - ¡¡Anasister!!

La masa de podridos la rodea en cuestión de segundos y siente como le ponen las manos encima y la aferran. Pepi llora pensando en lo mucho que sufrirá Tomás cuando le digan que ha muerto.

Unos y otros tiran de ella para morderla por todas partes, con un apetito feroz que les hace gruñir como bestias del inframundo.

14 comentarios:

JuanRa Diablo dijo...

Próximamente, JUEGO DE OBSERVACIÓN para pasar una prueba peliaguda en la que alguien será mordido

Unknown dijo...

Ostras!!!! Menudo capítulo más emocionante, empieza a ser adictiva esta historia, ya estoy esperando el siguiente capítulo con ganas.
Y como siempre dejando muchas preguntas en el aire como: que pasará con montse y Juan Miguel? Lo tienen complicado con tanto zombie alrededor, espero que no se hagan un bufett libre.
Y holden??!!! Le han mordido, lo sabía!!!! Lucille ven a mi!!! Jajjaajja lo mismo Fran y A.B. encuentran el doxma y no hay que tomar medidas más serias, y los zombies en la puerta de casa!! Enhorabuena Juan por este capítulo, y por supuesto pepi, que sepas que te vengaremos, no vamos a dejar ni un infectado en pie

Anónimo dijo...

Pero mi Pepi debía morir de una forma heroica....buaaaaa!!! y van y se la comen sin más....jo.
Había sido muy valiente jugándose el pescuezo por darle emoción al juego y creí que mataría a unos cuantos zombies antes de que se la zamparan....
Juan...arregla eso pero ya.
Por lo demás no tengo nada que objetar...maravilloso como siempre.
Y como siempre también...esperando a ver qué pasa en el siguiente capítulo con emoción.
Anasister

Anónimo dijo...

Qué manera más terrible de morir la de Pepi! Y encima la pobre en el último momento no se preocupa del sufrimiento que le espera sino de lo que sufrirá Tomás cuando le digan que ha muerto...o no morirá?? En este capítulo no se dice si algún zombi le ha clavado la dentadura...ya veremos...Fran.

Ángeles dijo...

¿Ya estamos otra vez con las pruebecitas? Jo,JuanRa, no nos das un respiro, eres peor que un zombi :D
Bueno, en el fondo me encanta la intriga que supone, así que, ¡venga esa prueba!-dijo ella, haciéndose la valiente.


El capítulo es fantástico, muy dinámico y lleno de suspense. La escena de la furgoneta, con Montse y Juan Miguel rodeados de bichos de esos, y la puerta que cae, y ella que grita...
Y la revelación del mordisco de Holden!! Oh my goodness!!
Y el fin de Pepi, pobrecita, no será heroico, pero sí muy romántico; como ha dicho Fran, no piensa en su muerte sino en la pena de Tomás. Lo bueno es que ninguno de los dos ha sufrido por la muerte del otro.

Nacho dijo...
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Holden dijo...

Pobre Pepi :( ¡Te echaremos de menos colegui!

Muy buen capítulo... a estas alturas empiezo a rezar pora que, o consiga el dichoso Doxma de Nerine, o muera con un martillo en cada mano en medio de muchos zombies muertos. Claro que también molaría participar en la historia como un zombie hambriento que quiere carne frexca de superviviente :D

Por cierto, ni te imaginas lo mucho que suena a mí eso de :'Yo quiero guardar mis gallinas' xD

PD: para que veas lo bien que me queda ser Z ----> https://www.youtube.com/watch?v=otEMjTd-gSM

Montse dijo...

¡Vaya capítulo más excitante! vas subiendo el nivel y sigues con los jueguecitos, muy bien, JuanRa, eres un crac.

Nos has dejado a Juan Miguel y a mi en un momento crítico ¡ay, qué miedo! y lo de la mordida de Holden se veía venir, apuesto a que pronto lo tenemos convertido en un "Z", que muy hambriento dice que está. Carlos también en peligro ¡uf, qué emocionante todo!

Eso sí, la muerte de Pepi no ha sido nada heroica, como dice Anasister tendría que haber luchado con los zombies, defendiéndose hasta el último aliento y en cambio pobrecilla, ella pensando en Tomás ¡una mártir! y sin posibilidad de nada, has hecho carne picada con ella. ¡Pepi, dile al jefe que rectifique y te de una segunda oportunidad!



Juan Miguel dijo...

Por fin lo he podido leer, pero que torpe que soy, "mecachis en la mar", espero que tengamos a mano un lanzagranadas para cargarnos a la pandilla hambrienta.

Lo de Holden... como dicen se veia venir, le podemos cortar la pierna antes de que se contagie.

Jejeje, no te enfades Holdem, hay que dar ideas...

Creo que Pepi va a ser ahora la protagonista pero como ZomPepi, va a morder a todos lo de la casa, jejeje.

Juan sigue dando así de emoción, esta genial...

Anónimo dijo...

¿HAs visto que cabezón que soy, no? Roquito venga a advertirme, y yo gritando como un poseso.
¡Qué angustia por todos lados! Desde luego el título está que ni pintado.
Ay Monsetica! Qué mal te veo...ya lo siento, ya...Menos mal que tienes ahí al líder y digo yo que algo genial se le ocurrirá para salvaros...no sé, una garrafa de gasoil o la botella de camping gas...ahora, que no sé que es mejor si veros entre los dientes de las bestias esas o todo churrascaditos...
¿Y el pobre Holden? comprensión hacia él, muchachos; tolerancia y todo eso. Me ha gustado esa actitud dura a lo Clint Eastwood, preocupándose de salvar a sus gallinas y pasando de la australiana...y es que las gallinas tienen que servir para alimentar a todo el grupo, tanto a los duros como a los blandos.
Y esto empieza a ser preocupante ¿eh?: las bajas se suceden muy deprisa. ¡glup!
Muy bien, JuanRa. Ha merecido la pena esperar.
carlos

Anónimo dijo...

Ah, y las fotos y la última ilustración, preciosas, sin poesía de esa zombi, que dices tú.
carlos

Nacho dijo...

Ufff, cada vez los tenemos más cerca, ya entre nosotros… madre mía, que tensión en este capítulo, estamos rodeados, bueno, mejor dicho, están.

Me temía lo del mordisco a Holden, que lástima!

Pobre Pepi, le ha tocado un final muy cruel, casi hubiese sido mejor que se hubiese muerto de repente por un ataque cardiaco.
En general ha sido un capitulo fantástico, me cuesta destacar alguna escena, todas geniales.
JuanRa, creo que ya va siendo hora de que llegue alguien con el Doxma, no? Más vale prevenir… o es que nos quieres ver sufrir aún más?

Ana Bohemia dijo...

Ay no, pobre Pepi, que muerte tan angustiosa e impotente.
¿y Montse y Juan Miguel, tenías que dejarnos así, en la duda y la incertidumbre, con esa puerta que se abre? ¿Y ese mordisco de Holden, así, al aire, sin doxma cerca, sin cura, y calladito la boca? Jo, me parece que su transformación está muy cerca...
Un capitulo muy entretenido JuanRa.
:)

JuanRa Diablo dijo...

Roquito:

Sí, Roquito, quedan tantas preguntas en el aire que uno se va pegando coscorrones con ellas. A ver que os depara el futuro zombi, porque ya me muerde la curiosidad (y espero que la curiosidad no sea una infectada de esas)


Anasister:

Con lo de Pepi habría que decirme aquella frase mítica: ¡¡Muy mal, muy sucio!!
Te habrías reido mucho con la cara de Pepi cuando me contaba cómo leyó su muerte y se quedó a cuadros pensando “No puede ser... no puede ser...” Jajajaja, pobreta meua.

Fran:

Si es que toda la culpa la tiene la ONCE. ¿Cómo se le ocurre salir un número tan feo como el 00400? Un poco más y se queda en ceromil cerocientos cerocero


Ángeles :

He de admitir que con el puntito cruel de las pruebecitas, mi lado “devil” se siente muy realizado. A lo mejor he montado todo esto solo por esos momentos de veros sufrir en la cuerda floja, jejeje.

Gracias por todo y por más.

Holden :

Sí, Holden, los conejos y las gallinas estarán siempre conectados contigo en el mundo real, en el virtual, en el apocalíptico y en el que haga falta, jajaja

Y pensar que al incluirte en la historia zombi ¡no tenía ni idea de que ya habías luchado contra ellos! ¡Es genial tener a un veterano de guerra entre nosotros! :D

Montse :

Me llamas crack, pero con el olvido que he tenido con Pepi he hecho catacrack. Qué menos que haberla puesto dando guantazos y reveses y soplamocos hasta no poder más. ¡Es que ha sido un visto y no visto!
Montse, si los zombis entran en la caravana diles que no te muerdan en al pierna mala, ¡que duele! :p

Juan Miguel:

¿Y si sometemos el corte de pierna de Roquito a votación? ¿SI? ¿NO? ¿ABSTENCIÓN? ¿VOTO EN BLANCO? XD


Nefertiti:

Encantado de tenerte como lectora; Nefertiti. ¿Cómo ves el futuro de Holden en la historia? :p
Un saludo

Carlos:

“...preocupándose por salvar a sus gallinas y pasando de la australiana” ¡Lo que me he reido con esto!
Sí, visto así es muy Clint Eastwood, mirando las cosas con sangre fría, que a la australiana ni la conoce ni le va a dar huevos y carne, jaja.
Tú no pienses en si las bajas se suceden muy deprisa, tú sobrevive y punto :p
Gracias

Nacho :

Tienes razón, va siendo hora de que llegue el Doxma, así que deja ya la capital y vente p'al sur , que serás muy bien recibido.

¿Tú crees que os quiero hacer sufrir? Pues mira con Pepi, no le he dado tiempo ni a decir "¡Ay!" xD

Ana Bohemia:

Ana, haz fuerza para que a tus compis no les entre la marabunta en la caravana. Mas que nada porque llovió y lo dejarían todo perdido de barro :p