Tras una verde loma,
semioculta a la vista desde la carretera, Nacho y María José encontraron una
cabaña.
La puerta estaba abierta y el interior en perfecto orden.
La luz que
entraba a través de los visillos les produjo una inmediata sensación de paz.
Incluso Solito pareció decidir que aquel era un sitio perfecto cuando lo vieron
dar un brinco a uno de los sillones y desde allí los miró con aire satisfecho.
Ocuparon parte de la mañana planificando
tareas. Nacho propuso salir en busca de
víveres y combustible pero María José se negó a que fuera solo.
- Es más seguro si somos
cuatro ojos en vez de dos. Incluso seis
– dijo mirando a Solito.
En los sucesivos días, el
perímetro de acción siguió siendo el mismo, alejados de la ciudad, en aquella
amplia zona rural donde la presencia de infectados era casi inexistente.
Sus incursiones por las
viviendas les resultaron bastante provechosas y cada tarde regresaban con mayor
o menor cantidad de alimento, ropa, medicinas y algún utensilio que
determinaron que podría servirles.
Nacho tenía la sensación de
que las horas pasaban muy deprisa.
Mirando cómo María José colocaba en distintos sitios los enseres y los
alimentos sin ser realmente necesario, entendió que ella se esforzaba en
mantenerse activa, con la mente ocupada el mayor tiempo posible. Intuyó que
esa era la razón por la que pasaba las
tardes limpiando, ordenando y colocando las cosas por las dependencias: de
algún modo la rutina se había convertido en su válvula de escape.
Cuando la luz empezaba a
menguar, encendían la chimenea y corrían las cortinas. Era este el primer y
último ritual de cada día: dejar preparada la leña que por la mañana traían de
un cobertizo y observar cómo se consumía
durante la noche.
Los días empezaban a ser
cálidos pero en las madrugadas todavía
se agradecía el calor de las llamas.
A Nacho le relajaba el
momento en que se sentaban delante del fuego; sin embargo era consciente de que
con la llegada de la noche los ánimos de María José se ensombrecían.
- ¿Estás cansada? - le
preguntó
- No. Nada – María José hizo
un gesto a Solito que acudió de inmediato, saltando a su regazo – Ojalá lo
estuviera.
- ¿Algún sueño anoche?
- No, anoche no. O al menos no
lo recuerdo. Pero las sensaciones siguen ahí
- ¿Qué sensaciones? ¿Quieres
contármelas?
María José se quedó callada
- Bueno, solo si te apetece
hablar de eso.
- Sí, es... ya sabes... –
María José acarició a Solito y dio un hondo suspiro antes de proseguir – Sigo
viendo a Nerine... De repente, de forma impredecible... Es como si me
trasladara de golpe a su lado.
- ¿Por qué crees que se repite
tanto esa imagen?
- No lo sé. Yo también me lo
pregunto. Esa mujer nunca me cayó bien.
Me trató con desprecio. Estoy segura de que ya la habría olvidado de no ser por
esto.
- ¿Y dónde está? ¿Qué hace?
¿Lo puedes ver?
- La veo sufrir. Camina como
perdida. No deja de buscar a su marido. Creo que en el fondo sabe que no
volverá a verle, pero no lo quiere admitir
- ¿Tantas cosas puedes saber?
- Esas en concreto sí.
- ¿Y sabes si está cerca o
lejos de aquí?
- No, eso no sabría decirlo.
Nacho mira a las llamas.
- Es muy curioso esto que te
ocurre.
- Y me preocupa mucho.
- ¿Por qué?
- Tengo la sensación de que se
agudiza cada vez más. Creo que yo misma podría potenciar esas visiones si me lo
propusiera. Y, la verdad, ser consciente
de esto no me resulta agradable.
- ¿Pero qué es lo que te preocupa? ¿Que te pueda afectar psicológicamente quizás?
- No. Bueno, no lo sé... Al
principio me aterraba este cambio en mí, pero me he ido acostumbrando. Sin
embargo últimamente... No sé, Nacho, me inquieta que pueda ir a más, que se haga más intenso, no saber cuánto va a durar ¿Y si se hiciera constante y no pudiera resistirlo?
- Tranquila – dijo Nacho apretándole una mano- Es normal
que te sientas inquieta, pero verás como
todo va a ir bien. Estoy seguro.
Solito levantó de golpe la
cabeza, y las orejas se le alzaron al mismo tiempo. La intención de ladrar se
quedó en un apagado gruñido cuando Nacho le chistó. El animal era un infalible
detector de infectados.
- ¡Buen chico! – le dijo Nacho,
satisfecho de comprobar que el animal había aprendido a no hacer ruido cuando
se lo pedían.
Un par de horas después,
María José se durmió. Nacho puso otro tronco en la chimenea y la tapó con una
manta.
En alguna ocasión durante la
noche escuchó los apagados gruñidos del perro.
********************
En un acto reflejo, María
José abre el grifo del cuarto de baño. Se oye un gorgoteo pero no surge ni una
gota.
- Adiós, lujos del pasado –
piensa, girando la llave.
Observa que hay un cubo de
agua sobre una banqueta y también jabón y toallas limpias. Durante unos
segundos se mira en el espejo e intenta elevar las comisuras de los labios en
algo parecido a una sonrisa. Siente un creciente tristeza en su interior y la
combate metiendo las manos en el agua y mojándose la cara con energía. Le llega entonces el aroma de café recién hecho.
-¡Dios, qué bien huele!
- ¡Buenos días! - le dice Nacho al verla – Acércate y dime
qué te parece esto.
María José ve sobre la mesa
dos tazones humeantes.
- Mmmm, lo he olido desde
lejos. Ya no me acuerdo de la última vez que tomé café.
- Y además puedes añadirle
leche si quieres.
- ¿En serio?
- Condensada, claro, pero
igualmente buena si la rebajamos con agua.
- Descuida, no voy a poner pegas a nada.
- Y aquí tenemos cereales de
varios tipos.
“¡DÉJAME EN PAZ!”, oye
gritar a su lado, “¡NO QUIERO COMER
NADA!”
Durante unos segundos, María
José se queda perpleja ante la imagen de Nerine sentada en el suelo. Tiene las piernas encogidas y
abrazadas, y María José la ve esconder la cara entre las rodillas como si fuera
una niña pequeña.
“Comprenda que no puede seguir así.- dice una voz masculina - Tarde o
temprano tendrá que comer algo”. María José mira a
Nacho, que está colocando servilletas de papel sobre la mesa.
“¡NO QUIERO NADA VUESTRO! - la vuelve a oír gritar - ¡Sois gente violenta y despreciable y solo me habéis traído problemas! ¡MALDITOS
TODOS!”
“Déjala, Fran, es inútil” -
dice una voz de mujer.
- ¿No te sientas? - dice Nacho
sonriéndole.
Todavía aturdida, María
José toma una silla, se sienta y coge un
tazón entre las manos.
- Vaya – dice finalmente- No
esperaba que la mañana empezara con
tantas sorpresas.
- ¿Has visto? ¡Hasta Solito
está contento con su ración!
- No me refería
solo al desayuno.
- Ah, ¿no? - Nacho observa un
ligero temblor en las manos de María José y se sienta frente a ella - Vale,
está claro que te acaba de ocurrir algo.
- Sí, Nacho, la acabo de ver y
oír como si estuviera aquí mismo.
- ¿Pero cuándo?
- ¡Ahora mismo! ¡¡Ahí, apoyada
en la pared!!
- Bueno, ¿qué tal si primero
nos tomamos esto y después me lo cuentas?
- No está sola, Nacho ¡Está
con más gente! ¡He oído otras voces! Esto no me había pasado antes.
- Vaya, mejor así, ¿no? Que no
esté sola, quiero decir.
- Ella les gritaba, parecía un
animal acorralado. Ellos... creo que... sí, había un hombre y una mujer. No he
logrado verlos pero deben de ser jóvenes. Él se llama Fran y le decía...
- Escúchame un momento, María
José – la interrumpe - No quiero quitarle ninguna importancia a todo esto que
me cuentas, pero quiero verte comer primero.
María José asiente con la
cabeza y echa un puñado de cereales en
el tazón.
- Yo te ayudaré a sobrellevar
esto. Ni tú ni yo vamos a...
- ¿Por qué me pasa esto,
Nacho? - dice María José aguantando las lágrimas.
- No lo sé, pero quizás te
sirva para algo positivo. Ya lo descubriremos.
- Estoy asustada.
- Lo sé.
********************
La aldea es un enjambre de
cuerpos caminando en todas direcciones. Roquito se siente tenso. Tanto que en ocasiones reprime el
impulso de salir al exterior y descargar su ira a golpes contra aquellos seres
pestilentes. El sonido que escapa de sus gargantas se ha elevado de forma
amenazadora, como si los muertos, aguardando sin prisa a que los vivos salgan
de sus escondites, hubieran decidido entonar al unísono el lúgubre cántico del
apocalipsis.
- Los odio, los odio... -
murmura Roquito entre dientes - ¡LOS ODIO!
- Calma, hombre- le dice Juan
Miguel
- ¡No puedo! - le reprocha- Y
no sé cómo podéis estar tan tranquilos. ¡Todo se ha ido a la mierda! Tanto
pelear, tanto sufrir... para que al final, Holden...
- No digas eso.
- Joder, tío, está bien jodido. ¡Se muere! Y Carlos
también.
- Anda, calla... ¡No seas tan
derrotista! Carlos ha enfermado. Solo eso.
- ¿Solo eso? Me he acercado a
verle a su cama y parece un cadáver.
- Montse dice que es puro
cansancio, que ha sufrido mucho y... bueno, es lógico, llega un momento en que
el cuerpo se rinde.
- ¡Se me cae la casa encima! -
dice Roquito - Es una putada no poder hacer nada por ellos.
- No, míralas a ellas: Montse
dedicada a Carlos, y Ángeles y Anasister volcadas con Holden. Eso es lo que hay
que hacer, ayudarnos, tener paciencia y no desesperar.
- Tengo que reconocer que lo
de Ángeles me sorprende. Pensaba que se hundiría al saber lo de Holden, pero
ahora me parece otra mujer.
- Dicen que nadie sabe lo
valiente que es hasta que le llega el momento de demostrarlo.
- De todas formas... no nos
engañemos, si esos putos zombis te muerden...
- Tiempo al tiempo. No
adelantemos acontecimientos. Le han desinfectado la herida a conciencia, y
Anasister le ha inyectado antibióticos.
- No sé... Si hubiéramos
encontrado lo que buscábamos... Dicen que aquel jarabe era la salvación.
Sentada en el suelo, con la
espalda apoyada en la pared, Nerine sigue incubando su odio hacia los
habitantes de aquella casa.
- Espero que se mueran todos – la oyen decir.
Roquito se vuelve con ímpetu
hacia ella pero Juan Miguel le aprieta un brazo.
- No, déjala – le dice en voz
baja – No merece la pena.
- ¡Joder, tío, voy a estallar
de tanto contenerme! ¿Por qué tengo que aguantar eso? - Y mirando de nuevo a
Nerine le grita- ¡Usted es la que la va a palmar si sigue así!
- Déjala, Roquito
- ¡Coño, si lo digo por su
bien! ¡Que se deje de tanto orgullo y
nos haga caso, que desde ayer no come nada!
- Dios me alimenta – dice
Nerine.
- ¡Pues dígale a su Dios que
me dé paciencia para no echarla a la calle de una patada!
********************
Sentada en el borde de la
cama, Ángeles observa a Holden dormitar.
Él abre de vez en cuando los ojos y la busca con la mirada.
- No, si no me voy– le dice
ella sonriendo.
- Mejor – responde somnoliento – No quiero que te vayas.
Extiende un brazo para que
ella le coja la mano.
- ¿Cómo estás? - le pregunta
Ángeles.
- ¿He dormido?
- Sí, bastante.
- Sigo cansado.
Oyen gritar a Roquito en el
salón.
-¿Qué pasa ahí abajo? -
pregunta con lentitud- ¿Aún siguen aquí esos escandalosos?
- Claro que siguen, y es una
suerte. Nos han ayudado muchísimo.
- Me alegro – Se mueve y hace
un gesto de dolor – ¡Joder, esto aprieta!
- Me lo imagino. Pero dice
Anasister que es mejor así.
- Si ella lo dice...
- ¿Sabes? Ultimamente me
costaba reconocerte, pero ahora mismo vuelves a ser tú. Y no sabes lo feliz que
me hace.
Ángeles encuentra tristeza
en la mirada de Holden, que vuelve la cabeza hacia la ventana.
- Siguen ahí afuera, ¿verdad?
Ángeles asiente en silencio.
- No recuerdo cuándo dejé de...
- Perdiste el sentido.
- Cómo odio dejar las cosas a
medias. Mi idea era buena. Lo sabes, ¿verdad? Y lo habría conseguido.
- Estoy segura.
- Yo... - empieza a decir Holden – Yo tenía un
ideal de vida perfecto para nosotros.
- Lo sé, y aún se puede
conseguir.
- Ángeles... - le dice
mirándola fijamente a los ojos - No tienes que fingir conmigo. Los dos sabemos
que esto es el final.
- ¡No digas eso!
- No, Ángeles, ya sé que tú
pretendes...
- ¡¡Pero cómo que el final!! ¿Dónde está el Holden que conocí?
- Escucha, solo quiero que el
tiempo que nos queda...
- ¡Calla, no hables así! Esto no es el final de nada. ¿Te acuerdas de
cuando hablábamos por cam? Yo tenía mucho miedo, pensaba que no había nada más
por hacer, pero tú me decías una y otra vez que no me rindiera. Fue tu actitud
lo que me salvó. ¡Fue tu fe lo que nos salvó a los dos!
En mitad del silencio
posterior, les llega desde la calle el persistente rumor gutural de los
muertos, que se intensifica como si
trepara por las paredes para atravesar el cristal y alcanzarlos.
********************
- Cuando consigamos volver a
la caravana – le dice Montse a Carlos – traeré las raíces de jengibre. Es lo
único que me ha faltado. Anda, tómate esto.
- ¿Qué es? - pregunta Carlos
sin apenas fuerzas para incorporarse.
- Un jarabe milagroso que te
he preparado.
Carlos se lleva la taza a
los labios.
- Con cuidado, que estará muy
caliente aún.
- Huele a limón.
- Sí, limón, miel, canela y
menta. Ya verás tú qué cosa tan buena. Lástima el jengibre.. Es una receta que
aprendí de mi abuela. La de veces que nos reanimó a todos con esto...
Carlos sopla y da un pequeño
sorbo. Montse le mira satisfecha.
- Me sorprende que hayas
encontrado tantas cosas para hacerlo. ¿De dónde has sacado los limones?
- Imagínate el alegrón que me
llevé cuando vi que en el patio hay un limonero. ¡Y cuajado de limones! He
preparado una olla grande para todos.
- Eres un sol, Montse.
- Vamos, tómatelo. Estoy
deseando que notes el resultado. Después te traeré algo sólido. Fran y yo hemos
hecho la comida.
- ¿Cómo están los demás? ¿Cómo
está Holden?
- Descansando. Voy a ver si se
toma una taza también.
Montse se sorprende al
entrar al salón y ver a Nerine en pie por fin. Fran la ha convencido para que
coma algo y la australiana, sin mirar a nadie,
se limita a seguirlo hasta la cocina.
- Lo que no consiga el
diplomático de Fran... - le dice a Anasister
al acercarse a ella
Anasister le hace un gesto
de incredulidad, asombrada también de
que lo haya logrado.
- ¿Cómo está Carlos? - le
pregunta
- Acabo de darle un
reconstituyente casero. Una maravilla, ya lo verás. Me preguntaba si Holden
querrá tomarlo también.
- Acompáñame, quiero comprobar
cómo va.
*****************
Nerine come en silencio, con
la mirada hosca, rehuyendo el contacto visual con Roquito y Juan Miguel, que
conversaban en la cocina cuando la vieron entrar.
Fran les hace un gesto para que salgan y la dejen a solas
- No me gusta un pelo esa
mujer, Fran – dice Roquito- ¡Está más loca de lo que pensaba!
Fran mueve las manos
indicándole que baje más la voz.
- ¿Sabes lo que ha hecho hace
un rato? - prosigue Roquito- ¡Se ha
levantado y ha abierto la puerta de la calle! ¡La ha abierto de golpe! ¡La tía
se iba sin más! Si no fuera porque Juan Miguel y yo estábamos con ella se nos
meten todos en la casa.
- Desde luego no parece estar
muy cuerda – corrobora Juan Miguel.
Ante el silencio de Fran, Roquito
reacciona.
- ¿No vas a decir nada? ¿Te da
igual?
- ¿Qué quieres que te diga? Ya
veo que no actúa de forma sensata pero qué vamos a hacer ¡No la vamos a
echar! A saber por lo que habrá
pasado la pobre...
- En eso tienes razón – dice
Juan Miguel – Lo raro es que no estemos todos trastornados.
- Bueno, pero hay que
vigilarla – dice Roquito - Yo ya he visto que en cualquier momento nos puede
meter en un lio.
- A veces la solución es más
sencilla de lo que puede parecer – dice Fran - Esperad aquí, voy a intentar hablar
con ella– y cogiendo la Biblia que la australiana ha olvidado en el suelo, vuelve a la cocina.
********************
Anasister comprueba que
Holden vuelve a tener fiebre y traga saliva antes de hablar.
- Bien, pues ahora que te has
convertido en un paciente muy paciente – dice intentando mostrar optimismo– vas
a tomar estos dichosos jarabes a los que tanta manía les tienes.
- ¡Otra vez con esas! – dice
Holden levantando la vista al techo – No os gana nadie a tozudas, ¿eh?
- ¡Pero si es solo una
cucharada! - responde Anasister, abriendo uno de los frascos.
- Os empeñáis en solucionarlo
con medicinas para el dolor de cabeza.
Ángeles vuelve a tomarle una
mano y la aprieta con dulzura.
- Ten confianza, Holden, no
hay que cerrarse a ninguna posibilidad. Hay que tener fe.
- Bah, estoy harto de oír hablar de fe, de esperanza
y de todas esas monsergas. Solo son palabras vacías, y no por mucho creer en
ellas se van a convertir en verdad. Los dogmas solo funcionan con los ingenuos.
Anasister se queda con la
cuchara suspendida en el aire.
- ¡¡DOXMA!! - exclama de
repente – Esa era la palabra que no conseguía recordar: ¡Doxma!
Todos la miran, atónitos ante la inesperada reacción.
- Ese fue el nombre que me dio
mi hermano Juan. Buscad Doxma. Eso fue lo que dijo. Un jarabe infantil ¡Doxma!
Anasister, con lágrimas en
los ojos, se sienta en la cama. Montse le coge el frasco y la cuchara de las
manos y se acerca a Holden.
- Pero eso no... - empieza a
decir él
- ¡Si no quieres ver el miedo
que doy cuando me enfado, abre la boca ahora mismo!
Holden no pone más
impedimentos y bebe de los dos jarabes.
********************
En la cocina, Fran escucha a
Nerine con atención. Siente que está conquistando la confianza de la mujer, que
poco a poco se ha ido abriendo ante él.
Ella le ha contado algún
recuerdo de su juventud y ahora se
muestra extasiada hablando de su marido.
- ¿Y qué es lo que hizo que
una pareja australiana decidiera venir tan lejos y acabar en este lugar
perdido?
- Con mi Thomas io iría al fin del mundo si él me lo pidiera. Es tan
valiente, tan decidido...
- Vaya, me gustaría conocerlo.
- ¡Iévame con él ahora! – dice
poniéndose muy seria.
- Cuando podamos salir de
aquí, quería decir.
- ¿Tienes coche? ¿Tú me
ievarias con él ahora?
- Pero me has dicho que no
sabes dónde está.
- Sí, él debe de haber vuelto
ia.
- ¿A dónde? ¿A la gasolinera?
- Ha estado buscándome porque
él debió volver pero no me encontraría porque... io debí quedarme y
esperar, pero... ¡Oh, my God, debe estar
tan asustado...! ¡Tengo que regresar!
- Claro, Nerine, vas a volver
pero ahora no es posible.
- ¡Sí, tiene que ser ahora!
- ¡Pero ya has visto cómo están las cosas...!
- ¡Su medicina! - exclama
alterada- Necesita su...- mete una mano
en el bolsillo pero la vuelve a sacar de inmediato - ¡Por favor,
es muy importante! ¡Tengo que
darle su medicina!
- De acuerdo – dice Fran
intentando trasmitirle calma - Enseguida hablaremos todos para trazar algún plan.
- ¡¡No, ellos no!! – el rostro
de Nerine muestra ahora auténtico pánico – Solamente io y tú, ¿de acuerdo? No quiero nada con el
resto. Son peligrosos.
- Siento que te hayas creado
una mala impresión de ellos. Te aseguro que son buena gente.
- No, no quiero. Me han
agredido, me han gritado y humillado, me miran con desprecio... Aun duele mi brazo por culpa de ese animal...
- Ha sido todo circunstancial.
De verdad que no tienen nada contra ti.
- Te he dicho que no. Y si tú
no me vas a aiudar dímelo y me marcho ahora mismo.
Fran se queda pensando en
cómo responder ante tanta insensatez cuando Anasister entra en la cocina.
Nerine se vuelve hacia la pared visiblemente molesta.
- ¡Por fin me he acordado, Fran! – exclama Anasister- ¡Doxma! Doxma era el nombre que me dijo Juan. ¡Eso es lo
que necesitamos!
Nerine abre mucho los ojos
al escuchar a Anasister.
- Vale – suspira Fran - Nada de lo que trajimos se llama así
Entran Roquito y Juan
Miguel. Éste se acerca a Nerine y le pregunta si se encuentra mejor y ella se
aparta bruscamente.
“¡Hipócritas!”, la oyen murmurar.
Poco después entra Montse
con la olla que ha retirado de la chimenea.
- Venga, servíos una taza de
mi jarabe. - dice animosa- ¡Todo natural! Os va a sentar de maravilla. Y
después comeremos todos – Esto último lo dice mirando a Nerine con una
sonrisa, pero la australiana reacciona
con acritud.
Cuando nadie la mira, Nerine
aprovecha la ocasión para acercarse al
lugar donde han dejado un cuchillo. Lo esconde en su abrigo y sale de allí silenciosamente.
Roquito es el primero en
echarla en falta.
- Eh, ¿dónde se ha metido? -
exclama alarmado, y movido por un mal presentimiento se precipita hacia el
salón.
“¡¿SERÁ HIJA DE PUTA?!”, le
oyen exclamar. Todos acuden.
Nerine estaba abriendo la puerta de la calle y Roquito se ha
abalanzado para cerrarla. El cuerpo de un zombi que pugna por entrar se lo impide. Tras unos segundos de
desconcierto, Fran corre a empujar la puerta también, y Juan Miguel coge su arma.
Los brazos de otros infectados asoman por el hueco y se agitan como serpientes.
- ¡Venid a empujar! - grita
Roquito – ¡Estos cabrones tienen fuerza!
Montse y Anasister corren a
la puerta. El salón se llena de fuertes
gruñidos. Juan Miguel logra perforar el cráneo del que opone más resistencia,
y lo sienten desplomarse pesadamente. En su caída, la puerta se abre un poco
más.
- ¡Juan Miguel! - grita Fran -
¡Empújalo hacia afuera!
- ¡Es lo que estoy intentando!
... Pero es imposible, lo tenéis presionado contra el marco.
Ángeles baja corriendo las
escaleras y se suma al grupo.
El vocerío de la marabunta
agolpada al otro lado de la puerta lo
inunda todo.
- ¡No puedo! - vuelve a decir
Juan Miguel alzando la voz.
- ¡Mierda – exclama Roquito –
Tenemos que quitar ese cuerpo de ahí. – Hace un amago de soltar la puerta para ayudar.
¡NO! - exclama Fran- ¡No
dejes de empujar! ¡Prueba a
meterlo, Juan Miguel!
Juan Miguel se agacha para
coger al zombi por los brazos. Un zarpazo
desde el exterior lo agarra por la cabeza y no logra desprenderse.
Ángeles deja de empujar y se dirige a un cajón del que saca unas
tijeras.
¡No te muevas! – le dice
mientras corta el pelo que los dedos del zombi aferran.
Juan Miguel puede así
retroceder y tras un doloroso tirón consigue
desprenderse finalmente.
Sin ceder en su empeño,
sigue golpeando las caras de los que
pretenden entrar.
A sus espaldas, Nerine
observa la escena impasible.
- ¡NERINE! – le grita Fran –
¡Por favor ayuda a Juan Miguel a meterlo!
Pero la australiana no se
inmuta.
La presión de la multitud de
infectados al otro lado parece aumentar
cada vez más y vuelven a asomar otros
brazos, manos llagadas en busca de algo que atrapar.
- ¡No puedo más! – dice
Montse.
- ¡Aguanta, por favor, aguanta! – le dice Anasister.
Y de repente los cencerros
vuelven a sonar.
Debilmente primero, con más
fuerza después.
El sonido metálico, que
parece sobrevolar todo el caserío, acalla el rumor de la jauría y la presión
contra la puerta va disminuyendo.
Los zombis se alejan de la
entrada.
Sentado en el suelo, Juan Miguel
empuja al muerto con las piernas y lo saca afuera.
Cierran la puerta por fin.
La tensión acumulada los
deja exhaustos y todos caen de rodillas. Montse se seca las lágrimas de miedo y alivio.
Roquito se levanta de golpe.
- ¡HOLDEN! - grita eufórico -
¡¡Viva la madre que te parió!!
Presa de la excitación,
Roquito se mueve de un lado a otro del salón. De repente se aproxima a Nerine y
le acerca la cara hasta rozar frente con frente. Respira agitado.
- Sujetadme – empieza a decir
– Sujetadme porque tengo ganas de matarla.
Nerine se aparta y corre
hacia Fran.
- ¡DILES QUE NO ME TOQUEN! -
grita histérica- ¡QUIERO SALIR DE AQUI! ¡SÁCAME DE AQUÍ! ¡ME LO PROMETISTE!
¡SÁCAME DE AQUÍ!
Fran se levanta y la coge de
un brazo.
- ¡Acompáñame! – le dice.
- Sí – obedece ella gimoteando – vámonos, vámonos ia. Ha
dicho que me quiere matar. Lo has oído, ¿verdad? ¡Son todos unos asesinos!
Fran abre la puerta del
garaje y la hace pasar
- Será mejor que te quedes
aquí
Y cierra la puerta con llave.
Todos escuchan los gritos de
furia de Nerine y las patadas contra la
puerta.
Ángeles sube a su habitación.
Carlos sale en esos momentos de la suya, y todos se impresionan por lo
demacrado que está.
- ¡Pero Carlos! - exclama
Montse- ¿Cómo se te ocurre levantarte de la cama, cielo?
- Estoy mejor. Y tengo algo
que deciros.
- Pero aún es pronto para que
te...
- ¡AYUDADME POR FAVOR! –
grita Ángeles – ¡Holden se ha caído!
Excepto Montse y Carlos,
todos corren hacia las escaleras.
- Hay que subirlo a la cama. Ha vuelto a perder el sentido.
Entre Fran y Juan Miguel lo
vuelven a acostar. Roquito observa que aún sujeta en un puño la cuerda y se la quita de las manos sintiendo unas
ganas tremendas de abrazarlo.
Anasister comprueba que está
ardiendo de fiebre y acerca a la cama el cubo de agua y los paños.
- Pónselos como la otra vez –
le pide a Ángeles. Después sale y vuelve con su botiquín.
- Por lo que más quieras,
Carlos, - dice Montse siguiéndolo hasta
la habitación donde están todos - ¡necesitas más reposo!
- De acuerdo, de acuerdo, –
dice fatigado por el esfuerzo de subir las escaleras -pero escuchadme un
momento primero.
Se acerca hasta los pies de
la cama.
- La primera vez que vine
aquí, encontré el frasco de un medicamento. Estaba en el suelo, junto al coche
que hay en lo alto del camino. Me llamó la atención encontrarlo lleno y por no
dejarlo allí lo metí en el maletero. - Mira a Anasister, que está tomando el
pulso a Holden - Cuando esta mañana me ha dicho Montse que habías recordado el
nombre de ese jarabe, lo reconocí enseguida.
Ángeles mira a Carlos con un asomo de esperanza en los ojos.
- Recuerdo muy bien que en la
etiqueta decía “DOXMA”.
Continuando con los "deberes" que os puse AQUÍ , indico cuáles son las colaboraciones que han aparecido en este capítulo.
1) La foto del lavabo ensangrentado (no puede ser más apropiada y chula) me la envía Carlos.
2) La receta que se nombra fue la que eligió Montse. No hubo lugar para explicar su elaboración pero sí los ingredientes. Y la animosidad en prepararla y servirla, que me consta que es muy de Montse.
3) Fran eligió conversar con Nerine y así ha sido. De hecho, la pregunta que he señalado en color amarillo la escribió él.
4) A Ana Belén ( A.B.) pedí que compusiera una pequeña pieza musical para nuestra historia y no os imagináis cuánto me ilusiona mostrárosla hoy a todos.
Dedicada a todos los lectores de THE ZOMBIE EXPERIENCE, especialmente a sus protagonistas, y más especialmente a aquellos que han "dejado de existir"
MUCHAS GRACIAS A TODOS
8 comentarios:
¡Guauuu, está genial!
Mucha intriga con las visiones de M.José, acción en ese enfrentamiento con los zombies y compañerismo ¡así todos juntos contra ellos, como debe ser!
El descubrimiento del Doxma y el misterio que ronda la historia de Nerine ¡vamos, que no falta de nada!
Me ha gustado mucho, la foto del lavabo de Carlos y la frase de Fran creo que la pensábamos todos, es una buena pregunta. ¿Os ha gustado mi recetita? a lo mejor no sirve para nada, pero el limón desinfecta mucho, jeje.
A.B. mis felicitaciones, la música es preciosa y las imágenes muy acertadas.
¡Ay, se me ha hecho tan cortito!
A todo lo que ha dicho, y muy bien dicho, Montse, añado que este capítulo es muy especial, porque es el cumple de la historia, y porque aparecen todos los supervivientes por primera vez en el mismo capítulo.
El cambio de carácter de Holden es un alivio para todos y en especial para esa tal Ángeles, que tiene más paciencia que... que los ángeles :D
Está también muy chula esa conversación que hace que Anasister se acuerde del nombre del medicamento milagroso (a ver si es verdad que es milagroso); y el final, con la declaración de Carlos, es un cierre estupendo de capítulo, un cliffhanger en toda regla, un enganche perfecto para que esperemos la próxima entrega mordiéndonos las uñas.
Y además muy bonito el vídeo y preciosa la música de AB.
¡Cuántas cosas!
Poco más que decir, Montse y Ángeles ya lo han dicho todo. Otro capítulo fantástico, como era de esperar, muy emocionante y muy especial.
Me ha encantado el vídeo, bonitas imágenes deleitadas con la fantástica banda sonora compuesta por A.B. Aplausos para los dos!!!
Por fin sabemos dónde está el doxma!!
Ahora solo falta atravesar ese mar de zombies cogerlo del coche y volver a atravesarlo para volver a casa, casi nada!! Nerine y yo vamos a acabar mal, lo veo"de venir", en menudo lío nos a metido por ir a buscar a Thomas jajajajaja.
Ahí Montse Dante un poco de ese caldo con tan buena pinta guapa.
El capítulo muy tenso de principio a fin, enhorabuena Juan , solo un pero... Ya no me acordaba de lo que le pasó a Carlos porque últimamente te haces mucho de rogar y tardas mucho entre capítulo y capítulo, bueno seguro que lo subsanas próximamente, de todos modos merece la pena la espera, como siempre muy chulo el capítulo, enhorabuena otra vez Juan
¡Dioses! Menudo capitulazo :D Como me alegro de que ya estén tan cerca del Doxma, no tiene Holden mucha pinta de poder aguantar más. Ha estado genial pero te temo, JuanRa. Este capítulo ha sidro tranquilo, eso significan problemas serios para alguien en el siguiente xD
Me quedo con ganas de probar la recetilla de Montse, fijo que me vendría bien ahora mismo ^^
¿Y ha compuesto A.B. la canción? O_o ¡Qué artista! ¡Menuda maravilla!
Montse
¡Ole y ole, cómo te ha gustado todo! ¡Así da gusto! :)
Por supuesto que tu receta va a servir de mucho, Montse. ¡Faltaría más! Y con la buena predisposición que pones en todo, aún más.
Te recomiendo que dejes de respirar al empezar a leer y que vuelvas a respirar cuando acabes el capítulo. ¡Verás como así se te hace muy muy largo! :p
¡Gracias por todo!
Ángeles :
Sí, es verdad, de alguna forma ha sido como la reunión de todos los protagonistas para celebrar ese aniversario. No ha habido tarta de cumpleaños pero sí una infusión medicinal a base de limones :D
Te lo he dicho muchas veces, Ángeles, que tu pareja debería haber sido Chiquito de la Calzada y no Holden. Que es mucho mejor un fistro pecador que un macarra remordío :p
Cliffhanger me suena a apellido de pianista. Seguro que un capítulo con una partitura de Richard Cliffhanger quedaría genial :D
Gracias, gracias y gracias.
Nacho :
Me alegra que te haya gustado, Nacho. Gracias :)
Sí, aplauso con ovación para A.B. Me hace feliz que tengamos ahí ese recuerdo suyo.
Angel:
La verdad es que me encantaría poder publicar con más asiduidad pero mis neuronas no dan para más, y conforme avanza la historia me parece más difícil avanzar, ya ves.
Pero para refrescarte la memoria te diré que en el capítulo anterior Carlos empezó a sentirse mal y que en este ya aparece muy enfermo, así que no es que no te acuerdes de qué le pasó sino que todo ha sido así de rápido.
Pero sí hay un detalle importante que quiero recordarte y es que cuando Nerine salió de la gasolinera y pasó junto al coche, vio el frasco de jarabe en el maletero y se lo guardó. Luego oyó sonar los cencerros y fue para la aldea. Así que Nerine está con vosotros ¡¡y tiene el DOXMA en el bolsillo!!
¿¿Cómo te quedas?? :D
Gracias y hasta la próxima
Holden :
Eres un auténtico Sherlock Holmes con tus intuiciones. ¿Capítulo tranquilo? ¡Problemas a la vista! No sabes tú ni ná... :D
Sí, Holden tiene que estar p'al arrastre: mordido, pinchado, medicado, rodeado de jaleo... Y ese Doxma que no aparece... Sabes que lo tiene Nerine en el bolsillo, ¿no?
Sí, A.B. es una artista como la copa de un pino! :)
A. B
¡Yo quiero catar ese brebaje, Montse ¡
Interesantísimo capítulo.
Como siempre,antes, durante y después de la lectura, me queda ese sabor que te engancha a la espera del siguiente capítulo
Me alegro de que te guste la música.(el vídeo es muy bonito)Es un honor para mi
:)
A.B.:
El honor es mío, y no sabes la satisfacción y la alegria que me da que quede aquí para el recuerdo.
Gracias por todo, A.B.
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